Cómo introducir el deporte en un programa de desintoxicación y deshabituación es la primera cuestión que nos va detallar Alberto Poza. Alberto es técnico deportivo, con 6 años de experiencia en grandes centros de desintoxicación y con más de 1000 programas personalizados deportivos:
En primer lugar, es habitual que una persona en pleno proceso de desintoxicación y deshabituación de adicciones haya llegado a un estado anímico muy bajo. La falta de autoestima y motivación, de tristeza, de incapacidad de disfrutar de las cosas. Además de el Aislamiento social, de falta de energía, de descompensación del sueño, de alteraciones de peso, de deterioro motriz y en general funcional. Por lo tanto, lo estilos de vida negativos afectan de manera implacable sobre la salud y sobre la forma de percibir la vida, de sentir, de apreciarse a uno mismo, etc.
Actualmente, está implantada en la sociedad la falsa creencia de que cualquier dolencia o enfermedad es curable con un tratamiento farmacéutico. Acudimos al médico con la esperanza de contarle lo que nos sucede y que éste nos recete una fórmula mágica que nos ayude. En cuestión de minutos o días, a sentirnos mejor. Afortunadamente, la evidencia científica ha hecho patente la necesidad de indagar más profundamente en el estilo de vida. La prevención, evitando el desarrollo de posibles efectos nocivos, y la cura de la enfermedad a través de cambios de hábito a otros más saludables. Es en este apartado, donde el ejercicio físico supervisado y controlado por profesionales interviene, actuando en contra de los síntomas detectados, a través de la adquisición de hábitos y rutinas diarias.
Por lo tanto, una persona, que ha tomado la determinación de alejarse de un entorno, unos hábitos y unas influencias negativas, tiene un potencial muy poderoso que ha de saberse aprovechar.
Es en ese momento, en el que con la ayuda de diferentes profesionales, debe comenzar un tratamiento de recuperación. Influir de manera positiva y que oriente a la persona en el cambio de rumbo, abandonando los malos hábitos adquiridos a través del esfuerzo. Así como, sustituir de manera gradual los malos hábitos por otros más saludables. Así es, cómo introducimos el deporte en un programa de desintoxicación y deshabituación.
En el caso de los profesionales deportivos, que intervienen en esta fase, su proceder debe ser extremadamente cuidadoso. No debe plantear objetivos muy exigentes y/o difíciles de alcanzar. Se debe tener en cuenta que, generalmente, este colectivo en concreto, durante el período de consumo, ha abandonado el cuidado físico y la práctica deportiva por un largo tiempo.
En otros casos, desafortunadamente, nunca ha existido una práctica regular. Por lo tanto, La recuperación debe ser orientada hacia objetivos pequeños pero firmes, que deben ser medibles (cuantificables). Es importante que el profesional cualificado eduque en salud al paciente. Informar de los múltiples beneficios que se adquieren a corto, medio y largo plazo desde el primer momento. Así es cómo no sólo introducimos el deporte en un programa de desintoxicación, sino que tiene que convertirse en un hábito.